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“Saber lo que no hay que hacer” en Atención Temprana (11/2012)

autor
Juan Carlos Belda Oriola 
Psicólogo Clínico. CAPA Alcoy. Presidente GAT
Isabel Casbas Gomez
Psicologa. CAT Lorca
Tipología del artículo:
otros
   

Resumen

Palabras clave 

Atención Temprana, Malas Prácticas.

Este artículo trata de sintetizar algunas de las llamadas “malas prácticas” en Atención Temprana, con las que nos hemos encontrado a lo largo de casi treinta años de experiencias personales y profesionales, con todo lo que ello implica y preocupa. Hemos organizado su presentación en las cinco dimensiones específicas de la Atención Temprana con todos los implicados: Niños, Familias, Técnicos, Gestores y Comunidad.

 

Abstract

Key Words 

Early Intervention, Bad Practices.

This article attempts to synthesize some of the so-called "bad practices" in Early Intervention, with whom we have met over thirty years of personal and professional experiences, with all that that implies and concerns. We have organized the presentation in the five specific dimensions of E.I. with all involved: children, families, Technicians, Managers and Community

 

Introducció

Son muchas las dudas que nos han asaltado antes de proponer la publicación de este artículo, con el que pretendemos, exclusivamente, contar parte de nuestra experiencia quizás con algún tinte liberador. Pero finalmente, hemos tenido en consideración las directrices de Goolshian sobre “saber lo que no hay que hacer”, y a partir de aquí, permitir el despliegue del amplio abanico de posibilidades de intervención eficiente en Atención Temprana.

Es fácil, por otra parte deducir el porqué en este momento, la necesidad de publicar este artículo:

a. Estamos viviendo la llamada cultura de Calidad Total en la A.T.

b. En este proceso elaborado, en un alto porcentaje, por nosotros los profesionales, hemos analizado numerosos estándares definidos de calidad, dándonos posibilidades de contrastar con el pasado.

c. A lo largo de estas tres últimas décadas nos hemos encontrado con numerosas actitudes, comportamientos y realidades poco recomendables para la salud de la A.T.

d. Es cierto que lo anterior no es generalizable, pero no debemos ocultar o negar estas realidades o “malas prácticas”. Muchas de estas reflexiones pertenecen al pasado en ciertas zonas geográficas, en otras son el presente, y en algunas (si alguien no lo remedia) podrían suceder en el futuro.

Consideramos necesario recordar que la definición de A.T. según el Libro Blanco (GAT, 2000) incluye las intervenciones sobre el niño, la familia y el entorno. Siguiendo este esquema, respetando los apartados del niño y de la familia, hemos abierto el entorno a los profesionales, los gestores y la comunidad.

Los autores nos identificamos con un modelo de intervención basado en los principios básicos expresados en el mencionado Libro Blanco de Atención Temprana: Diálogo, integración y participación, gratuidad, universalidad e igualdad de oportunidades, responsabilidad pública, interdisciplinariedad y alta cualificación profesional, descentralización y sectorización. Principios que se desarrollan y operativizan en las Recomendaciones Técnicas para la Atención Temprana. De especial relevancia para conocer el modelo que defendemos los autores es el contenido de la Organización Diagnóstica para la Atención Temprana (la Edición 2004, la Actualización 2008 y la versión 2011 que contiene los Niveles I, II y III).

La gran variedad de situaciones con las que nos podemos encontrar referentes a cada niño, que incluso con niños con un mismo diagnostico etiológico y/ o sindrómico, van a presentar unos recursos y unas necesidades diferentes, que incluso van a ir variando a los largo de su desarrollo evolutivo a lo largo de la primera infancia. Ello unido a los diferentes recursos y necesidades de cada familia y modulado por los diferentes recursos y necesidades que presente el entorno (barrio, pueblo, ciudad, etcétera). Será pues el conocimiento de todos estos elementos referidos al niño, a la familia y al entorno lo que nos permitirá elaborar el Programa de Intervención en Atención Temprana (PIAT). Especificando qué, cuándo y dónde se prestarán los apoyos desde el CDIAT.

La siguiente gráfica resume todo el proceso:

Saber lo que no hay que hacer

La Atención Temprana entendida como una reciente disciplina que se nutre de otras disciplinas, por lo tanto la definimos como interdisciplinaria; constituye una realidad muy compleja que requiere del trabajo en equipo y de la actualización permanente, para poder prestar la mejor y más eficiente atención posible. Esto sólo es posible mediante la formación continua y de calidad de los profesionales.

Los necesarios cambios en los planteamientos profesionales con respecto a las necesidades solicitadas por la población atendida en nuestro ámbito, suponen una reflexión profunda sobre los perfiles y competencias profesionales más ajustadas al modelo exigido.

De base la comunidad universitaria y los profesionales de la A.T. parecen coincidir en que las disciplinas tradicionales deben ser enriquecidas con marcos conceptuales comunes y “adquirir un conocimiento adicional especializado; habilidades y capacidades personales para responder a las necesidades de los niños, de las familias y de interrelación con los otros profesionales que forman parte del equipo o servicio” (Recomendaciones Técnicas para la A.T), sin olvidar la investigación y la calidad como requisito necesario en la praxis diaria.

En este punto nos parece oportuno, incluir la siguiente gráfica sinóptica sobre la evolución de la A.T. desde los años 70 hasta nuestros días. Es un trabajo de los autores, que como cualquier resumen puede presentar excepciones, pero se ha pretendido aglutinar las tendencias más generalizadas en las distintas décadas. Así tenemos:

Estimulación Precoz Intervención Temprana Atención Temprana Atención Temprana De Calidad
70-80 80-90 90-00 00-20
Niño Niño-Familia Niño-Familia-Entorno Niño-Familia-Entorno-Sociedad

Minusvalías

(0-2) (0-6)

Minusvalías (0-6)

Poblaciones de Riesgo

Población general

(De cero a seis años)

Derecho Universal

(De cero a seis años)

Prevención 3ª Prevención 2ª y 3ª Prevención 1ª, 2ª y 3ª Prevención 1ª, 2ª y 3ª
Unidades de Estimulación Precoz Servicios de Intervención Temprana. Centros Base Centros de Atención Temprana CDIAT

A partir de esta evolución se podría deducir que el concepto de “Atención Temprana de Calidad” sería incompatible con las malas prácticas. Pero todos sabemos que esto no es así. Nos encontramos, frecuentemente, con carencia teórica o metodológica, con falta de formación específica, con intereses particulares o lucrativos que priman sobre los generales y beneficiosos para todos, con falta de autoevaluación y autocrítica, etcétera.

A continuación se relacionan algunos de los errores o “malas prácticas” que hemos podido observar o escuchar de boca de compañeros. Existen otras, seguro, incluso más nocivas, pero éstas son las que hemos recogido y las que presentamos en un decálogo apretado, si bien después, y debido a la transversalidad de las actuaciones, hemos añadido otras que merecían por ello, un trato diferente.

 

Decálogo de malas prácticas en A.T:

 

Malas prácticas referidas al niño

La “anti-globalización”. Término que aglutina toda una serie de prácticas organizativas, en las que por una parte se expresa enfáticamente la necesidad de intervención, con el niño, bajo una perspectiva global pero que sin embargo se le parcela, se le segmenta, mediante la atención de multitud de profesionales sin coordinación en sus objetivos, incluso con objetivos contradictorios, utilizando al niño como medio para luchas e intereses profesionales estériles. Esta actitud puede dar como resultado el “niño pasota y desmotivado”, del que se quejan sus padres y todos los profesionales que lo conocen, pero ahondando en su corta historia personal descubrimos tratamientos de mañana y de tarde en distintos centros especializados, complementados con deberes para casa y que al terminar se le premia con distintos juegos educativos programados para no sabemos qué fines importantísimos.

El “etiquetado”, entendido como la necesidad urgente (que manifiestan ciertos profesionales incompetentes) de encontrar el máximo de déficits, alteraciones o trastornos en el niño, puesto que son incapaces de entender o creer el verdadero objetivo de la AT, atender a las necesidades y demandas de los verdaderos protagonistas: niños, padres, familiares, educadores…Necesidades de apoyo y contención, de clara información, de programas específicos y eficientes de intervención, etcétera. También nos encontramos dentro de este apartado los llamados “diagnósticos exprés” basados, por supuesto, en encontrar el déficit en un tiempo récord (un par de horas), llevado a cabo por un “gran experto”, posiblemente miembro de un “gran equipo especializado”.

 

Malas prácticas referidas a la familia

El “nunca mea culpa, siempre tuya”. Cuando el Programa Individual no da los resultados positivos esperados, es común echar mano a la responsabilidad o “culpa” familiar, por parte del Técnico, o si es desde la perspectiva de los papás la gran culpa del profesional, siempre más cómoda que la autocrítica.

La actitud del “Usted mejor” implica detectar por parte de los profesionales, los distintos ritmos de aceptación de la discapacidad por parte de todos y cada uno de los miembros de la familia. Debemos tener cuidado con las conductas de sobreprotección, de no aceptación, de delegación de responsabilidades a los técnicos, con las típicas frases de “como usted nadie”, en fin, unas nos pueden alagar, otras nos pueden herir, todas poco saludables para nuestra intervención, pero seguro, objeto de nuestro trabajo.

 

Malas prácticas referidas a los profesionales

El “pata negra” de la profesión, considera que la A.T. es él, propietario de la verdad. Carente de humildad y autocrítica puede llegar a pensar con total convencimiento que las familias atendidas por él tienen esa gran suerte que no tienen otras familias. Orgulloso de su formación y de sus años de experiencia, es capaz de prometer, entre otras barbaridades, la “normalidad” de las alteraciones, siempre que se sigan a pies juntillas sus orientaciones. El “despotismo ilustrado” es su metodología preferida, todo para la familia pero sin la familia. Se evalúa al niño, se programan objetivos, se establecen horarios y calendarios, desplazamientos que desconciertan y alteran la dinámica familiar. En esta praxis es determinante el egocentrismo del experto y los ajustes de los convenios.

El “¡Gol…que gran equipo!” hace referencia a las autodescripciones de que nuestro equipo trabaja con una metodología interdisciplinar, cuando no se ajusta a la realidad. A veces se confunde con el trabajo del equipo multidisciplinar, profesionales que comparten espacio, tiempo y familias, pero no objetivos en común.

 

Malas prácticas referidas a los gestores

Denominamos “iluminados” a aquellas personas que asumen responsabilidades en la gestión de Centros, Asociaciones y Concejalías, y aprovechan este relativo poder para resolver inadecuadamente sus frustraciones personales y/o emocionales. Se les reconoce por su afán de culpabilizar a todos los profesionales y técnicos con los que se encuentra, de ineficacia y egoísmo, abanderando una temible venganza social. Ciertas veleidades y errores en algunos directivos, podrían explicarse y disculparse por ser padres y no gestores.

Lo “último de la fila” se refiere al orden de prioridad que se da en la administración pública a la A.T. Como botón de muestra podemos revisar los convenios en Servicios Sociales, las propuestas de algunas Asociaciones y profesionales sobre ayudas graciables, las subvenciones sujetas a horas de tratamiento, sin revisar mínimamente la calidad asistencial, las grandes diferencias regionales, con respecto a los derechos de las familias y los profesionales, etc.

 

Malas prácticas referidas a la comunidad

El “paraguas de la discapacidad” acoge a la actitud paternalista, proteccionista y lastimera de personas con capacidad de decidir en este ámbito; muy lejana a una verdadera actuación eficaz, desde el derecho y no desde la caridad.

La dejadez del “ya lo hará” que descubre la falta de conocimiento y del convencimiento sobre la importancia vital de los primeros años para el futuro global en el ámbito personal, familiar y social. Esta actitud da paso a consecuencias altamente peligrosas, tales como sentimientos de culpa y de fracaso, irreversibilidad de secuelas neurológicas, retrasos en adquisiciones de conductas, alteraciones en la autoestima…

 

Aspectos transversales

En este apartado hemos recogido actitudes o “deformaciones profesionales” que afectan a muchos trabajos, y que nuestro ámbito no está exento de ellas. No debemos dejarnos engañar por las apariencias, siempre existen intereses debajo de cada una de ellas.

Actitud negociadora con la A.T., vender que lo privado es mejor que lo público para las familias o incluso para la formación y la docencia. Nos referimos, por ejemplo, a las prácticas de algunos cursos que no se remuneran a los tutores, argumentando que estamos dentro del horario laboral.

Actitud conservadora del estatus profesional, olvidando que la creatividad y frescura de los jóvenes es necesaria para el progreso y avance de la A.T.

Actitud fundamentalista del conocimiento teórico, con un absoluto desconocimiento práctico.

Actitud neo conquistadora de algún cooperante internacional, que confunde el verdadero altruismo con la imposición de verdades absolutas ajenas a la realidad.

La actitud estrella de este apartado de mala práctica transversal por excelencia es la “envidia”, que provoca mucho daño y un gran gasto de energía.

 

Conclusiones

Desde la humildad nos atrevemos a decir que “si alguien está libre de pecado que lance la primera piedra”. Reflexionado y entonado el “mea culpa” sincero, se nos ocurre que el antídoto de este rosario de malas prácticas podría estar formado por los siguientes componentes (entre otros):

En primer lugar la formación, en lo personal y en lo profesional y a nivel teórico y práctico. Ya disponemos de estudios y propuestas para una adecuada formación de calidad en Atención Temprana.

En segundo lugar proponemos la supervisión. Dentro de la Gestión de Calidad de las auditorias, externas e internas, que algunos modelos proponen, debemos complementarlas con la idea de consultoría, alejándose muy mucho de la inspección compulsiva y estéril al uso.

Y, en tercer lugar: la ética. Está pendiente la elaboración de un código ético específico de la A.T., que no puede variar muchos de los códigos deontológicos ya existentes en medicina, psicología, derecho, etc. Pero no sólo código para el papel sino para el corazón.

 

Bibliografía

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FEAPS Madrid: Necesidades de las familias de personas con discapacidad intelectual. FEAPS, Madrid, 2007.

GAT: Libro Blanco de la Atención Temprana. Real Patronato de Prevención y Atención a Personas con Minusvalía, Madrid, 2000.

GAT:Organización Diagnóstica para la Atención Temprana. Real Patronato sobre Discapacidad, Madrid, 2004.

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Pérez-López, J.; Brito, A.G.:Manual de Atención Temprana. Ediciones Pirámide, Madrid, 2004.

Perpiñan, S.:Atención Temprana y Familia. Narcea, Madrid, 2009.

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Schalock, R.L.; Verdugo, M.A.: Calidad de Vida. Alianza Editorial, Madrid 2006.

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