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Diagnóstico funcional en primera infancia: Utilidad y límites de las escalas/tests psicométricos (05/2012)

autor
 Gloria Ruiz Cortina
Psicóloga Clínica.
   

Resumen

Palabras clave 

Evaluación, escalas de desarrollo, diagnóstico funcional, intervención.

La evaluación del desarrollo es un proceso clave para entender la conducta de un niño cuando éste presenta signos riesgo o alteraciones en su desarrollo.

Los profesionales de la atención precoz disponen hoy en día de múltiples instrumentos que facilitan la evaluación del desarrollo durante las primeras etapas de la vida, entre los cuales destacan las escalas y los tests psicométricos. El objetivo final de dicha evaluación es llegar a un diagnóstico funcional preciso que informe sobre la posible presencia de alteraciones que pueda presentar el niño y orientar la respuesta terapéutica.

En este artículo reflexionaremos sobre los distintos elementos que forman parte de la evaluación del desarrollo haciendo énfasis en las posibilidades y las limitaciones inherentes a las escalas y los tests psicométricos.

Abstract

The developmental assessment of a child is a key process to understand its behaviour when risk signs or developmental alterations are detected.

Early child intervention professionals have at their disposal multiple instruments to help assess a child’s development during the first years, among which scales and psychometric tests stand out. The final goal of this assessment is to reach a precise functional diagnosis to reveal the potential presence of developmental alterations and steer the appropriate therapeutic response.

In this paper we will analyse the different elements that constitute developmental assessment while emphasizing the possibilities and limitations that are inherent to scales and psychometric tests.

Introducción

La derivación de un niño/a al CDIAP por su pediatra, educador, especialista o la propia familia tiene como base un motivo de preocupación (el niño no habla, le cuesta comunicarse, tiene problemas de motricidad, su desarrollo es lento, presenta problemas de conducta…). El inicio de la atención requiere hacer una primera valoración diagnóstica que oriente sobre cuál es el problema del niño, si necesita atención y de qué tipo. Pondré un ejemplo:

Un motivo de consulta muy frecuente en usuarios entre 18 y 36 meses de nuestros CDIAPs es “Mi hijo no habla, o habla muy poco para su edad, habla ‘mal’”, “creo que no me entiende cuando le hablo”…  Ante una consulta de este tipo el clínico se  plantea:

  • ¿El desarrollo cognitivo del niño/a es normal?
  • ¿La comprensión / expresión del lenguaje corresponde a la edad?
  • ¿Oye bien?
  • ¿El entorno psicoafectivo ha sido satisfactorio?
  • ¿Su capacidad para relacionarse socialmente es la correcta para su edad?
  • ¿El entorno educativo ha sido el adecuado?
  • ¿Existe un patrón familiar que lo justifique?…

Responder a estos interrogantes nos ayudará a conocer aspectos del perfil  neuropsicológico del niño y a valorar si existe alteración y de qué tipo, como:

  • Déficit cognitivo
  • Déficit sensorial
  • Trastorno de la relación y de la comunicación dentro del espectro autista
  • Sociopatía / Alteraciones emocionales graves
  • Retraso / Trastorno del desarrollo del lenguaje expresivo
  • Trastorno del lenguaje mixto (comprensivo / expresivo)
  • Alteraciones mixtas
  • Otras
  • O si se trata de una variante de la normalidad

He puesto este ejemplo para ilustrar que un mismo motivo de consulta puede formar parte de diferentes entidades diagnósticas, que requieren enfoques terapéuticos diferenciados.

El enfoque terapéutico y la información que se da a la familia es muy distinta si se trata de un niño con un posible retraso mental, un déficit auditivo, un autismo, o una depravación afectiva, etc. El motivo de consulta, por si solo, no nos lo especifica. Será la valoración funcional la que nos acercará a la comprensión del niño que consulta y orientará la atención.

Valoración psicológica del niño de 0 a 5 años

“El desarrollo es un proceso continuo que abarca desde la concepción hasta la madurez, con una secuencia similar en todos los niños, pero con un ritmo variable” (Illingworth, 1982).  No existe una línea divisoria entre normalidad y patología. Entendemos por desarrollo normal, a grandes rasgos, el que permite al niño alcanzar las habilidades correspondientes a su edad (Normalidad estadística) y por desarrollo patológico el que sitúa al niño lejos del promedio.

 La evaluación del desarrollo y del entorno psicoafectivo y educativo nos acerca a la comprensión del niño por el que se consulta.

La detección de los signos riesgo o alteraciones del desarrollo tiene como finalidad proporcionar al niño una atención terapéutica precoz, realizar una prevención secundaria de problemas añadidos y mejorar la calidad relacional padres-hijo. Entendemos que hablar de evaluación psicológica en el marco de la Atención Temprana, significa hablar de intervención en el momento en que se ponen de manifiesto o se detectan en el niño/a los primeros signos riesgo de sufrir algún tipo de alteración en su desarrollo.

Nuestra intervención, por tanto, se ha de entender en el contexto de un proceso de desarrollo que empieza a manifestar  alteraciones y en un contexto familiar donde las dificultades del niño/a preocupan y desorientan a los padres y/o profesores.

La evaluación psicológica forma parte del proceso diagnóstico interdisciplinar (neurológico, psicológico y  social). Su objetivo fundamental es determinar el perfil general de habilidades y alteraciones si las hubiera, imprescindible para elaborar un plan de intervención. Este perfil de funciones psicológicas proporciona una línea base de funcionamiento del niño/a sobre el que se podrá evaluar los progresos futuros y la eficacia de los tratamientos.

El entorno psicosocial (familia, escuela) es el contexto donde tiene lugar el desarrollo del niño/a y por tanto,  su comprensión es una parte muy importante de la valoración psicológica. 

Metodología de la evaluación psicológica

Se describen a continuación los distintos elementos de que se compone la evaluación, haciendo mayor énfasis en las pruebas psicométricas, objetivo prioritario de este artículo:

1.- Entrevista clínica a la familia. Entrevista clínica a la familia

Se inicia la evaluación con la Historia Clínica, importante cuerpo de datos neuropsicológicos y sociales, es un requisito indispensable para poder interpretar correctamente los datos obtenidos en la observación y exploración funcional. Debe contener la información relativa al niño/a desde el período prenatal hasta el momento que viene a la consulta, y actuar como búsqueda orientada de lo que le pasa al niño/a.

Aspectos a tener en cuenta en la historia clínica: Motivo de preocupación, antecedentes familiares y personales, historia del desarrollo, hábitos de alimentación, sueño y control esfínteres (en el caso de niños mayores de 2 años), conducta de juego, relación con iguales y adultos, conductas perturbadoras, otras.

2.- Observación cualitativa de la actividad espontánea del niño

La observación facilita al clínico el conocimiento de aspectos cualitativos y cuantitativos del desarrollo, que junto con las evaluaciones objetivas ayudan a comprender lo que puede sucederle a un niño. Asimismo los datos obtenidos en la observación ayudan a interpretar puntuaciones obtenidas en una escala (muy altas-muy bajas-disarmónicas, así como una conducta perturbadora, que ha podido condicionar la estimación, por ejemplo, del nivel cognitivo, como puede ser un nivel alto de ansiedad / un déficit atención / conductas obsesivas, etc.).

La observación se lleva a cabo tanto a lo largo de la exploración normalizada como en contextos naturales (sesiones de juego, filmaciones familiares, observaciones en el centro escolar, etc.). La observación tiene en cuenta tanto la conducta del niño como la del adulto o iguales que le acompañan, así como la organización del entorno.

He extraído de la Guía específica de evaluación psicológica de la primera infancia. CDIAP Parc Taulí. Diciembre 2008, un listado orientativo de conductas a observar:

Afecto positivo: Sonríe y ríe.

Entusiasmo: Muestra entusiasmo o excitación.

Exploración: Explora los objetos de su alrededor y con qué cualidad.

Facilidad en las relaciones: Rápidamente toma parte en las actividades propuestas.

Cooperación: Coopera a las demandas del adulto.

Actividad: Trabaja con un nivel de actividad suficiente sin llegar a estar demasiado activado o inquieto.

Adaptación a los cambios: Se adapta fácilmente a los cambios de material o rutinas.

Alerta: Nivel de alerta, se mantiene  atento sin estar adormilado.

Distraibilidad: Se puede centrar en las tareas o es muy vulnerable a la interferencia de la distraibilidad.

Tono motriz: Muestra un tono muscular normal, ni demasiado rígido, ni demasiado blando, o con temblores.

Defensivo al  tacto: Demasiado sensible al tacto o a las texturas.

Miedo / ansiedad: Se acerca a las nuevas tareas con aprehensión, mira a los padres para  buscar consuelo.

Afecto negativo: Llora, se queja o hace cara de enfadado.

La misma Guía hace, asimismo, hincapié en la  observación de la conducta de los padres o cuidadores en relación al tipo de relación y comunicación que establecen con su hijo/a (respeto a los turnos de comunicación, respeto a la respuesta del niño/a, nivel de lenguaje adaptado a la edad y capacidades del niño, conducta potenciadora de la resolución de tareas o por el contrario precipitación no dándole tiempo al niño para pensar, como toleran el error, como lo corrigen, que tipo de contención emocional le ofrecen, como organizan el entorno, etc.).

3.- Evaluación mediante  instrumentos estandarizados (Escalas de desarrollo, Tests  de funciones específicas, Cuestionarios padres y maestros)

La evaluación del desarrollo durante los primeros años de  vida es un proceso complejo. Los Tests y/o las Escalas de desarrollo constituyen una forma deobservación/evaluación sistematizada y normalizada de un amplio espectro de funciones psicológicas. Representan una ayuda para el clínico cuando ha de evaluar el desarrollo en las primeras edades. Según su tipología pueden evaluar: capacidad cognitiva, habilidades comunicativas y lingüísticas, funciones motrices, habilidades sociales,  aspectos conductuales, desarrollo psicoafectivo y adaptativo.

La complementariedad entre las distintas Escalas facilita tener un conocimiento amplio del perfil del niño explorado y poder planificar un programa de intervención que tenga en cuenta necesidades globales / específicas, (Bayley, 2006); no siempre es necesario aplicar varias escalas, el criterio clínico del profesional decidirá al respecto.

El objetivo de la evaluación mediante instrumentos estandarizados es obtener del niño/a la mejor respuesta bajo condiciones de procedimiento estándar.  Su objetivo final es, siempre, ayudar a diseñarintervenciones adecuadas (Bayley, 2006).

Su uso correcto, conjuntamente con los otros elementos que componen la evaluación,  facilita el diagnóstico funcional de la población de riesgo y/o con trastorno del desarrollo, la toma de decisiones respecto a actuaciones terapéuticas / exploraciones complementarias, el seguimiento evolutivo y una aproximación pronóstica. Son útiles para documentar los efectos de los trastornos de base genética / alteraciones del SNC en primera infancia, así como las distorsiones del entorno y facilitan la investigación sobre aspectos ligados a la práctica asistencial.

Debemos señalar algunos aspectos que son necesarios tener en cuenta para su correcta utilización:

3.1.- Utilizar procedimientos estandarizados no significa que los instrumentos de evaluación deban ser administrados de manera rígida o antinatural, sino todo lo contrario, a ser posible su aplicación debe asemejarse a una situación natural de juego, (Bayley, 2006).

Comentaremos a continuación aspectos relevantes relativos a la aplicación y uso, basados en la práctica asistencial:

Forma, clima, entorno, tiempos

La confianza y bienestar del niño, así como la de sus padres son claves cuando evaluamos el desarrollo de un niño/a mediante instrumentos psicométricos en primera infancia.

Recomendamos la presencia de los padres en el proceso de evaluación, dado que facilita la confianza y bienestar del niño, así como la comprensión, por parte de la familia, de las posibilidades y limitaciones de su hijo. Al profesional le aporta el conocimiento de la opinión de los padres sobre las capacidades del niño en un entorno no clínico.

La evaluación ha de resultar una experiencia positiva para el niño, para los padres y para el examinador. Para ello, el  ambiente de evaluación debe ser agradable y cómodo, el tono de voz amigable, fomentando el interés en las tareas, reforzando los esfuerzos del niño e intentando conseguir su máximo rendimiento. Para que el niño se sienta tranquilo y a gusto la aproximación del profesional es conveniente que sea lenta, iniciando la relación a través de los padres. En determinados casos padres e hijo/a es bueno que permanezcan un tiempo solos en la sala de exploración, para facilitar que el niño/a se familiarice con el nuevo entorno. Los refuerzos sociales son útiles a lo largo de la exploración, y facilitan respuestas típicas y evitan frustraciones. Cuando se crea necesario se puede solicitar la participación de los padres en la exploración, siguiendo las instrucciones que le da el examinador.

El ritmo de aplicación ha de ser lo suficientemente rápido para mantener la atención del niño, pero sin prisas y sensible a la fatiga del niño. Si el niño/a está al principio reticente y tímido al realizar alguna tarea, se debe readministrar la prueba/s en sesiones posteriores.

Punto de inicio de la aplicación y orden de subtests

En población clínica es conveniente iniciar la aplicación de una Escala, a partir de ítems de edades inferiores a la edad cronológica del niño. Es importante que el niño se sienta cómodo en la realización inicial de la prueba y obtenga resultados positivos, también lo es para los padres dado que cuando el niño muestra sus primeras dificultades, estos habrán vivido momentos previos de éxito. Es a partir del momento en que el niño inicia sus primeras dificultades, cuando los padres van a ir empezando a comprender los problemas que pueda tener el niño/a y como consecuencia la necesidad de iniciar un programa terapéutico.

El orden de los subtests durante la administración de la prueba se recomienda que sea flexible, adaptándose a las preferencias, edad y funciones mejor conservadas del niño.

Mecanismos de administración

Es necesario dominar los mecanismos de administración, registro y puntuación para que no se produzcan  pausas inoportunas  y la exploración reproduzca en lo posible una situación de juego.

Se recomienda que no haya más de 3 adultos en la sala y no otros niños.

Calidad de escucha del profesional

Es esencial, matizará y ayudará a comprender las respuestas del niño y de la familia.

3.2.- Selección  de los Tests / Escalas de desarrollo:  

La selección de las Escalas a aplicar es conveniente hacerla en función de varios parámetros:

Actualización

Las actualizaciones periódicas de  estructura, contenidos y baremos de las Escalas son de suma importancia si se quiere valorar adecuadamente las variaciones y desviaciones de la normalidad y no retardar el inicio de acciones preventivas y terapéuticas precoces. Utilizar tests / escalas no actualizadas a nivel normativo puede conducir a diagnósticos erróneos

Materiales

Los materiales es importante que sean atractivos y actualizados, será a partir de éstos que el niño/a se sentirá más o menos motivado.

Valoración independiente de funciones

Otro aspecto a tener en cuenta es que las escalas puedan valorar de forma independiente diferentes funciones psicológicas, esto facilitará el análisis de puntos fuertes y débiles, así como diagnósticos diferenciales.

Incorporación grupos especiales

La incorporación en la validación de población clínica y población de alto rendimiento contribuye a ampliar suelo y techo de la Escala.

Estudios clínicos

Disponer de estudios con poblaciones especiales facilita la comprobación de su utilidad, nivel sensibilidad y especificidad para diferenciar normalidad / patología.

Indicadores signos riesgo

Disponer de estos indicadores orienta la evaluación y como consecuencia el diagnóstico.

Validez pronóstica

Los estudios longitudinales nos pueden proporcionar validez pronóstica, siempre con ciertas limitaciones debido a las numerosas variables que intervienen en el desarrollo.

Valoración de niños con discapacidades:

  • Dependiendo de la naturaleza de la discapacidad, el niño puede estar en desventaja si el test se administra de una manera estándar. Antes de evaluar a un niño con discapacidades hay que familiarizarse con sus limitaciones y su forma preferida de comunicación. Puede necesitar adaptaciones del procedimiento estándar.
  • Debe compaginarse la flexibilidad para equilibrar las necesidades del niño con las necesidades de mantener procedimientos estándar.
  • Algunas modificaciones pueden invalidar el uso de normas, no obstante la información cualitativa obtenida puede ser muy valiosa para conocer puntos fuertes y débiles del niño.

Tablas informativas sobre Escalas/tests dedesarrollo de Primera Infancia Anexo 2: Se incluyen Escalas/tests de los cuales se tiene experiencia clínica. 

3.3.- Interpretación de los resultados Escalas / tests psicométricos

Requisitos indispensables para una correcta interpretación:

  • Conocimiento del desarrollo normal y sus desviaciones.
  • Comprensión del niño/a que se está evaluando.
  • Familiaridad con las propiedades psicométricas, posibilidades y limitaciones de la Escala.
  • Criterio clínico, es de suma importancia la experiencia y  habilidad crítica del profesional para interpretar las puntuaciones de los Tests / Escalas.

Los resultados de los tests/escalas de desarrollo nunca deben ser interpretados de forma literal y/o aisladamente, dado que podríamos cometer errores diagnósticos importantes. Nancy Bayley señala de forma reiterada, en las sucesivas revisiones de sus Escalas, que  si en la evaluación sólo se tiene en cuenta una fuente de información, es muy posible que el diagnóstico o conclusiones que se deriven no sean los apropiados. Por tanto recomendamos interpretar los resultados cuantitativos de las Escalas / tests de desarrollo  en el contexto de la Historia Clínica, de la observación cualitativa de la conducta del niño y de todas aquellas fuentes que puedan aportar información. Asimismo se recomienda hacer un análisis interno de los resultados obtenidos en los distintos ítems / subescalas de una misma prueba o de pruebas complementarias; esta información puede matizar los resultados globales. La cifra es menos o tan importante que el análisis de los puntos fuertes y débiles en relación al perfil del propio niño y de la población normativa. Comprender lo que sucede a un niño implica una capacidad de escucha amplia y una formación tanto en desarrollo normal y patológico como conocer de forma exhaustiva los instrumentos que se utilizan. El criterio clínico del profesional hará el resto. Debe señalarse que, afortunadamente, cada vez las Escalas están mejor construidas y facilitan por si mismas el análisis y el diagnóstico. Se ilustra este punto en el anexo 1, con la descripción de un caso clínico.

3.4.- Reflexión final sobre la utilización de instrumentos psicométricos en Atención Temprana

Basándonos en nuestra experiencia acumulada a lo largo de los años en la evaluación de niños de 0 a 5 años, se puede afirmar que los Tests/Escalas de Desarrollo son útiles para:

  • Documentar los efectos de los trastornos de base genética / alteraciones del SNC en primera infancia, distorsiones del entorno.
  • Identificar niños con retrasos/alteraciones en el desarrollo.
  • Evaluar de manera fiable las alteraciones / retrasos, así como los puntos fuertes/débiles en relación a sí mismo y/o a la población normativa, con la finalidad de diseñar intervenciones adecuadas.
  • Son útiles en evaluación interdisciplinaria y el diagnóstico diferencial a partir de las escalas complementarias.
  • Ofrecen documentación periódica de la evolución durante el proceso de intervención.
  • Involucran a los padres en la comprensión del niño/a.
  • Son instrumentos necesarios para la investigación.
  • Es necesario destacar, por otra parte, sus límites.
  • No pueden ser utilizados para diagnosticar la etiología del trastorno, pero sí para orientar su búsqueda.
  • Debe tenerse precaución al utilizar las Escalas en discapacitados motrices y sensoriales severos, ante la sospecha de algún tipo de déficit sensorial (audición – visión). Previamente a la evaluación deben solicitarse los exámenes complementarios pertinentes y en caso de confirmarse, seguir las instrucciones específicas que marcan los manuales de las pruebas y escoger aquellos tests/escalas que más se aproximen a las capacidades conservadas de estos niños.
  • Algunas de las Escalas / Tests de Desarrollo no permiten la estimación de niños con niveles muy bajos (C.I. inf. 50).
  • Tienen puntos débiles, que  pueden generar dudas al clínico, y que son necesarios conocer.

No querríamos acabar, sin describir brevemente, otros elementos que forman parte  del diagnóstico funcional.  

4.- Pruebas complementarias / Informes médicos, escolares, sociales

En función de la anamnesis, los datos de la observación y de las evaluaciones psicométricas, se hará uso de exámenes complementarios/consultas especializados que faciliten una mayor comprensión del caso.

5.- Hipótesis diagnostica inicial, seguimiento evolutivo e información a la familia

La necesidad de una intervención terapéutica temprana conlleva la necesidad

de trabajar, en muchos casos, en base a hipótesis diagnósticas. La evolución del niño y la respuesta a la intervención terapéutica confirmarán y/o modificarán las hipótesis iniciales, consensuadas en todos los casos por el equipo diagnóstico.

La evolución de la sintomatología y la respuesta al tratamiento son claves tanto en el diagnóstico diferencial como en el pronóstico, y por tanto, los resultados de las evaluaciones psicológicas sucesivas irán perfilando, desde el momento de les primeras sospechas, el diagnóstico definitivo, que no siempre coincide, en el tiempo, con el final de la etapa de Atención Temprana.

Una parte importante del proceso diagnóstico es la información que se da a la familia. La familia es conveniente que comprenda los puntos fuertes y débiles de su hijo, su papel en la crianza, el papel de los profesionales y la necesidad de un seguimiento para poder ir perfilando a partir del curso evolutivo, el pronóstico.

Anexo 1: Caso clínico

Laia inicia atención al CDIAP a los 21 meses por presentar un retraso de lenguaje. Es una niña controlada desde los 3 meses en el servicio de Neuropediatría por presentar un fenotipo dismórfico.

  • Historia clínica: Antecedentes familiares, trastorno de lenguaje (padre y prima hermana) que requirió tratamiento logopédico. Antecedentes personales, embarazo y parto normales, desarrollo motor dentro de la normalidad. Evolución discrepante de la comprensión y la expresión verbal, a los 21 meses  no han aparecido las primeras palabras y la emisión de sonidos es muy limitada. Conductas peculiares (giros sobre sí misma, aleteo, nivel alto de actividad sin fines claros, inflexibilidad). Inicia juego funcional.
  • Pruebas complementarias practicadas normales, (ECO cerebral, Serologia TORCH, Bioquímica, Hormonas (tiroides y parathormona, Cariotipo, estudio genético molecular). Exploración Audiológica normal. Estudio deglución: Alteración en la eficacia de la deglución.
  • Exploración psicológica inicial (EC 2años 2 meses), observación cualitativa de la actividad espontánea: Niña risueña, con una comunicación especial, bajo nivel empático, pensamiento poco flexible, dificultades para mantener la atención, actividad de juego pobre para la edad. Actos comunicativos no verbales en sustitución del habla, empleo adecuado de gestos no verbales.
  • Resultados obtenidos en las pruebas aplicadas.

1.- Escala Mental Bayley-II edición (EC 2 años 2 meses):

IDM (Índice de Desarrollo Mental): 70   (X= 100)

Edad cognitiva    2 años 2 meses                                         

Edad lenguaje    14 – 19 meses

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2.- Escalas Bayley de Desarrollo del Bebe y del Niño-III edición

(EC2 años 2 meses):

Escala cognitiva              PC (Puntuación Compuesta): 95  (X=100)      

Escala de lenguaje          PC (Puntuación Compuesta): 79  (X=100) 

Comunicación receptiva    PT (Puntuación Típica):           8  (X=10)

Comunicación expresiva    PT (Puntuación Típica):           5  (X=10)

 

Escala socio emocional    PC Puntuación Compuesta): 78  (X=100)       

Escala adaptativa              PC (Puntuación Compuesta): 78  (X=100)     

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Análisis resultados

Escalas Bayley-II (1993): El Índice de desarrollo mental (IDM) nos indica un nivel intelectual límite a la normalidad, por tanto se podría atribuir el retraso del lenguaje a su baja capacidad cognitiva. Sin embargo esta versión de la Escala, a diferencia de la Bayley-I, nos ofrece 2 parámetros adicionales, Edad cognitiva que nos sitúa a Laia en un nivel correspondiente a su edad cronológica y Edad de lenguaje (no diferencia entre comprensión/expresión) muy inferior a su edad. El parámetro edad cognitiva nos permite descartar la idea de retraso mental/inteligencia límite y poderla situar en el contexto de capacidad cognitiva no verbal dentro de los parámetros de la normalidad, aspecto relevante para la información que se da a la familia, orientación terapéutica y pronostica. La edad de lenguaje nos indica que existe una alteración a este nivel pero no nos informa qué áreas del lenguaje están alteradas. La Historia Clínica y  la observación de la conducta en entorno natural y de exploración clínica nos confirman la falta de producciones orales propositivas y alteraciones leves de la relación social y la conducta adaptativa.

Escalas Bayley-III (2006): La tercera versión de estas Escalas permite valorar de forma independiente diferentes funciones psicológicas. En el caso que nos ocupa la Puntuación Compuesta de la Escala Cognitiva (PC) nos confirma una capacidad cognitiva no verbal  normal (PT 90), la Escala de Lenguaje muestra una alteración del lenguaje situada, prioritariamente, en comunicación expresiva (PT 5), la puntuación de Comunicación receptiva está situada en los límites de la normalidad (PT 8). El análisis de las subescalas de la Escala de conducta adaptativa ratifica un nivel cognitivo y motor normal. Son significativas las alteraciones en comunicación y adaptación social.

La complementariedad entre escalas facilita la comprensión de los puntos fuertes y débiles, define una primera aproximación diagnóstica, ayuda a diseñar una intervención ajustada a las necesidades propias del niño/a, potenciando sus puntos fuertes y constituyen la línea base para valorar el curso evolutivo y la respuesta al tratamiento.

En la exploración final (EC 4 años 4 meses), se le aplicó el K-ABC Batería de Evaluación de Kaufman para niños, (Escala no verbal 84 (X=100)) y el ITPA Test Illinois de Aptitudes Psicolingüísticas, los resultados de este último se indican en la gráfica siguiente:

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El perfil del ITPA confirma un desarrollo disarmónico, con habilidades dentro de la normalidad en comprensión verbal y visual. Rendimientos muy inferiores en relación a su edad en el uso del lenguaje oral. El curso evolutivo ratificó los resultados obtenidos en  las Escalas BSDI- III y completó  el diagnóstico.

A nivel adaptativo y socioemocional la evolución fue satisfactoria.

Diagnóstico final etapa CDIAP: Capacidad cognitiva normal, dispraxia verbal, dificultades atencionales.

Anexo 2: instrumentos estandarizados de evaluación psicológica segun área y edad cronológica (1)

1.1.- Evaluación cognitiva

PRUEBAS

0-6

meses

6-12

meses

12-18

meses

18-24

meses

2años

2a.6m

2a.6m

3años

3años

3a.6m

3a.6m

4años

4años

4a.6m

4a.6m

5años

BSID III Escala cognitiva de Bayley III                    
MSCA Escalas McCarthy de Aptitudes y Piscomotricidad                    
K.ABC Batería de Evaluación de Kaufman para niños                    
CMMS Escala de Madureza Mental de Columbia                    

1.2.- Evaluación de las funciones psicolingüísticas

PRUEBAS

0-6

meses

6-12

meses

12-18

meses

18-24

meses

2años

2a.6m

2a.6m

3años

3años

3a.6m

3a.6m

4años

4años

4a.6m

4a.6m

5años

BSID III Escala de Lenguaje de Bayley III                    

RDLS III

Escalas Reynell de desarrollo del lenguaje

                   
ITPA Test Illinois de Aptitudes Psicolingüísticas                    

 

1.3.- Evaluación de la comunicación y relación social

PRUEBAS

0-6

meses

6-12

meses

12-18

meses

18-24

meses

2años

2a.6m

2a.6m

3años

3años

3a.6m

3a.6m

4años

4años

4a.6m

4a.6m

5años

ADOS Autism Diagnostic Observation Schedule                    
ADI-R Entrevista Diagnóstica para el Autismo Revisada         Edad mental          
CARS Childhood Autism Rating Scale                    
SCQ Cuestionario de comunicación social.                    
IDEA Inventario del Espectro Autista                    

  

1.4.- Evaluación de las funciones viso perceptivas
PRUEBAS

0-6

meses

6-12

meses

12-18

meses

18-24

meses

2años

2a.6m

2a.6m

3años

3años

3a.6m

3a.6m

4años

4años

4a.6m

4a.6m

5años

BSID III

Escala Motriz de Bayley III

                   

FROSTIG

Test de la Percepción visual de Frostig

                   

1.5.- Evaluación socioemocional y de la conducta

PRUEBAS

0-6

meses

6-12

meses

12-18

meses

18-24

meses

2años

2a.6m

2a.6m

3años

3años

3a.6m

3a.6m

4años

4años

4a.6m

4a.6m

5años

BSID III Escala socio-emocional y de conducta                    

CBCL

Inventario del comportamiento de Achembach (para padres)

                   
C-TRF Inventario del comportamiento de Achembach (para maestros)                    

1.6.- Evaluación de las habilidades adaptativas

 

PRUEBAS

0-6

meses

6-12

meses

12-18

meses

18-24

meses

2años

2a.6m

2a.6m

3años

3años

3a.6m

3a.6m

4años

4años

4a.6m

4a.6m

5años

BSID III

Escala adaptativa de Bayley III

                   

Bibliografía

Bayley, Nancy:Escalas Bayley de Desarrollo Infantil. TEA, primera edición, 1969.

Bayley, Nancy:Bayley Scales of Infant. The Psychological Corporation, Second Edition, 1993.

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Illingworth, Ronald, S.Desarrollo infantil en sus primeras etapas: Normal y patológico. Ed. Médica y Técnica SA, 1982.

Kaufman Alan, S.: K- ABC: Batería de evaluación de Kaufman para niños. TEA

Wechsler, David:Escala de Inteligencia de Weechsler para Niños Revisada. TEA, 2004.

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