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Reseña de Victòria Cantavella sobre el libro "Vivir la prematuridad", escrito por Remei Tarragó i colaboradores. (12/2020)

autor
Victoria Cantavella  
Psicóloga clínica, experta en perinatalidad
   

Reseña de Victoria Cantavella sobre el libro "Vivir la prematuridad", escrito por Remei Tarrago i colaboradores (Pablo Amor Però, Sara Bolaños Mendoza, Marcel Cortada Esteve, Gemma Ginovart Galera, Itziar González Virós, Maite Mañosa Mas, Silvia Vicente Pèrez), publicada en la editorial Octaedro.

Esperaba con ilusión la publicación del libro Vivir la prematuridad, escrito por la Dra. Remei Tarragó. Los diez años que compartí con ella y con el equipo de profesionales, el seguimiento de bebés prematuros en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, hacía que me sintiera especialmente interesada y motivada.

Su lectura me ha recordado muchas vivencias que tuve allí. Es un libro muy bien elaborado, que transmite lo esencial e importante de lo que representa la prematuridad para muchos niños, familias y en el marco de dicho entorno hospitalario.

Hay que destacar la acertada elección de los colaboradores en la autoría de este libro. Con algunos he compartido muchos momentos en el hospital. En su relato, aun no siendo todos ellos profesionales que trabajen con prematuros, todos transmiten cuán importantes e imprescindibles son las relaciones, las emociones, el apoyo, el vínculo...

Un padre, Pablo Amor, nos hace compartir sus emociones junto a su familia, a raíz del nacimiento de su hijo prematuro, de manera muy vívida y cercana. Una joven, Sara Bolaños, relata lo que le han contado de su inicio en la vida, sus recuerdos y lo que ha significado para ella nacer prematura. Ambos testimonios son importantes pues complementan los diferentes ángulos desde los que se puede conocer lo que representa la prematuridad.

Quizás sorprenda que la introducción la escriba una arquitecta y urbanista, Itziar González, con una profesión, en principio, tan alejada del mundo del prematuro. Aun así, ella se interesa por conocerlo, como les puede suceder a personas con intereses muy dispares pero sensibles a todo lo relacionado con la infancia. Ella hace encajar, ingeniosamente, el mundo de los espacios con la necesidad humana del vínculo seguro.

En el prólogo, el relato sensible y bien sintetizado de Marcel Cortada nos prepara para la lectura del libro. Teniendo en cuenta las emociones y el impacto que se vive en este entorno, explica el desarrollo de la situación para un recién nacido y sus padres en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales –UCIN–, así como el papel de los profesionales que acompañan e inciden en este proceso.

Gemma Ginovart y Silvia Vicente, inmersas en el trabajo de la UCIN y en representación del equipo de neonatólogas, enfermeras y otros profesionales de la unidad, que están luchando diariamente para sacar los pequeños prematuros adelante, nos explican la parte técnica y médica, y su evolución a lo largo de los años. Ellas nos cuentan las atenciones necesarias, ya desde el embarazo, la importancia del desarrollo neurosensorial y emocional para el recién nacido, la imprescindible colaboración de los padres, el método canguro, el valor de la lactancia materna y muchos otros cuidados técnicos y médicos, siempre teniendo muy presente las emociones para favorecer el vínculo de los padres con su hijo. Son métodos imprescindibles con los que cuentan los neonatólogos de la unidad para que el niño pueda enfrentarse a su nueva vida con el mejor bagaje posible. Los cuidados que las enfermeras imparten en coordinación con otros profesionales de la UCIN son necesarios para que estas técnicas se lleven a cabo adecuadamente, en todo momento que se requieran, así como para el control de las condiciones ambientales oportunas y la atención a las familias.

La valoración de la funcionalidad visual que hace periódicamente Maite Mañosa es de gran valor, puesto que el prematuro está más expuesto a tener alteraciones visuales que el recién nacido a término, aunque muchos de ellos no las tengan nunca. El detectar cuanto antes alguna anomalía y el facilitar ayuda al niño y a los padres hace que el recién nacido se enfrente mejor a un mundo por explorar y vivir. Ella nos explica qué es lo más importante a tener en cuenta: cómo valora la capacidad visual dentro de la UCIN, qué representa tener mayor o menor capacidad visual, qué recursos aplicar, el trato con los padres, la implicación emocional en esta situación. Pone ejemplos vividos en la unidad.

La autora del libro, Remei Tarragó, inicia su relato de cómo se ha ido atendiendo al recién nacido prematuro a lo largo de los años, a partir del siglo XIX que fue cuando empezaron a existir algunos recursos tecnológicos, como la incubadora. La mentalidad, los recursos y la mirada hacia el niño prematuro han ido evolucionando mucho hasta hoy. Es muy interesante conocer este proceso que nos sitúa para entender la realidad actual y también cómo han ido surgiendo teorías, estudios y observaciones sobre la primera infancia y en qué medida inciden en el prematuro.

El inicio de los profesionales de Salud Mental en la UCIN fue enriquecedor para ambos equipos, como relata la Dra. Tarragó. El delicado trato de ayuda, individual y de grupo, con los padres que viven una situación angustiosa, con sentimientos de miedo, culpa, dificultad de conectar con su hijo, también queda reflejado, así como todo lo que conlleva el duelo más o menos intenso que viven. Hay un capítulo dedicado a las diferentes situaciones de duelo y lo que representa para las familias, el equipo profesional y el propio recién nacido.

El trabajo de los profesionales de Salud Mental empieza desde el momento en que el recién nacido llega a la UCIN, y alguna vez se atiende a la madre durante el embarazo. Se hace un seguimiento del bebé y su familia mientras sigue ingresado. Después de ser dado de alta acude regularmente a los consultorios del hospital, generalmente hasta los siete años, para la visita de la neonatóloga y también del psicólogo o psiquiatra. Las entrevistas psicológicas permiten detectar problemas del desarrollo en el niño y problemas de pareja o sociales en las familias. Con la escucha, observación, comunicación y apoyo hacia ellos, y la derivación a otros profesionales, si se requiere, se logra que muchos niños tengan mejor calidad de vida. 

Leer este libro transporta a un espacio poco conocido para muchos. La descripción por parte de profesionales muy competentes y de largo recorrido profesional lo hace muy interesante. Por otro lado, emociona imaginar estos bebés, algunos muy prematuros, dentro de las incubadoras, monitorizados, con los padres atendiéndolo atemorizados, con los profesionales vigilando su estado o actuando según el momento. Todo este entorno para ayudar a que este pequeño luchador gane la batalla de vivir. Con esta lectura estamos más cerca de entender y saber lo que es vivir la prematuridad.

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